California Arde
- Elián Zidán
- Jan 12
- 2 min read
Por: Elián Zidán

Lo que ha ocurrido en California es una verdadera tragedia. El dolor, la desesperación y la angustia por haberlo perdido todo traspasan las pantallas de quienes, a través de un celular o la televisión, observan lo ocurrido desde la distancia.
Pese a que los pronósticos vaticinaban fuertes vientos potencialmente mortales, absolutamente nadie imaginaba que lo que estaba por ocurrir terminaría devorando miles de acres y el patrimonio de muchas familias.
El martes, durante una reunión editorial, comenzamos a prestar mucha atención a los pronósticos meteorológicos sobre las advertencias emitidas para el condado de Los Ángeles. Pero, conforme transcurría la tarde y caía la noche, no dábamos crédito a lo que nuestros compañeros desde el terreno nos estaban mostrando.
Minutos antes de entrar al aire en la Edición Nocturna del noticiero Univision, las redes sociales se inundaron con apocalípticas imágenes provenientes de distintos puntos de Los Ángeles.
Las casas ardían, los vientos, comparados con los de un huracán categoría 1, servían como combustible para alimentar las llamas y propagar el fuego de casa en casa. Cinco campos de fútbol por minuto era el equivalente a lo que el fuego iba arrasando. Las órdenes de evacuación se extendieron conforme se propagaban las llamas y surgían nuevos incendios.
El fuego no distinguió estratos sociales; en un abrir y cerrar de ojos arrasó con vecindarios de clase alta, media y baja. Pero el dolor de haberlo perdido todo era igual para todos los residentes angelinos.
Al pasar de los días, las dantescas imágenes aéreas semejaban lo ocurrido con la caída de una bomba. Vecindarios completos quedaron reducidos a cenizas.
¿Y la alcaldesa? ¡Regresando de un viaje “oficial” en África, pese a que sabía de la gravedad de la advertencia! Esto no fue un terremoto, un siniestro que no avisa y al que también están acostumbrados los residentes de Los Ángeles. Esto fue algo que se informó, y la pregunta que tienen todos los damnificados es ¿Por qué no se hizo nada para prevenir la propagación?
No había agua ni personal suficiente para hacer frente a dicha catástrofe. Y ante los cuestionamientos de la prensa, la alcaldesa decidió callar.
El Departamento de Bomberos sufrió un significativo recorte presupuestario, y su personal, desbordado por la situación, también tuvo que apagar el fuego de las casas de sus propios compañeros.
Los Ángeles está acostumbrado a los incendios forestales; no es algo inusual. Pero la falta de prevención es inadmisible. Las cosas materiales se pueden reponer, pero las vidas, los recuerdos y el esfuerzo de toda una vida no se pueden reducir a un simple discurso político.
Es momento de que se haga algo, porque ese estado, donde sus residentes pagan los impuestos más caros del país, hoy los ha defraudado. Los ha dejado sin hogar, sin respuestas y, en algunos casos, sin seres queridos.
Esta tragedia no solo pone en evidencia la fragilidad de nuestras instituciones, sino también la urgencia de repensar nuestras prioridades como sociedad. Si no aprendemos de este desastre, el costo no será solo material, sino también humano. El futuro de California depende de decisiones valientes y responsables que hoy parecen ausentes.
Comments