La guerra de los aranceles
- Elián Zidán
- Dec 1, 2024
- 3 min read
Por: Elián Zidán

Donald Trump ni siquiera ha llegado aún a la Casa Blanca y ya está amenazando con imponer aranceles de hasta el 25% a México, Canadá y China.
La noticia pegó como un balazo, no solo para América del Norte, sino para el mundo entero. El presidente electo de Estados Unidos asegura que, a través de la frontera compartida, se alimenta la migración ilegal hacia su país y que, además, desde México se trafica el fentanilo, la droga más letal de los últimos tiempos.
Pero ojo, esta no es la primera vez que Trump lanza una amenaza de este tipo. Ya en 2019, durante su mandato, recurrió a la misma táctica, y México, presionado, desplegó tropas en la frontera sur para frenar el paso de migrantes.
Ahora, con Sheinbaum al frente, el panorama podría cambiar. México lleva décadas defendiendo el libre comercio y ha logrado fortalecer su economía con acuerdos como el TLCAN y el T-MEC.
Sin embargo, las amenazas de aranceles de Trump dejan al descubierto lo vulnerable que es el país ante las decisiones unilaterales de su vecino.
Lo más preocupante es que Trump ve la relación económica entre ambos países de manera simplista, ignorando las complejidades sociales y económicas que dan forma a la migración y al tráfico de drogas.
Tras el anuncio de Trump, todos los ojos se pusieron en Palacio Nacional. Y aquí es donde el tema se empezó a enredar.
Primero, Claudia Sheinbaum envió una carta a Trump advirtiéndole que, por cada arancel que imponga, México responderá con otro, hasta poner en riesgo las empresas que dependen del comercio binacional.
Luego, la presidenta declaró haber tenido una “maravillosa conversación” con Trump, en la que acordaron que las relaciones serían buenas.
Pero, las versiones sobre lo que realmente se discutió no coinciden. Trump dijo en su plataforma que Sheinbaum había aceptado "detener la migración a través de México", lo que implicaría “cerrar nuestra frontera sur” de inmediato. Ante eso, Sheinbaum dejó claro en Twitter que la postura de México no es cerrar fronteras, sino “construir puentes”.
Más allá de los malentendidos, la atención de todos está en saber si realmente se discutió el tema de los aranceles.
Esto es clave porque México envía alrededor del 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, y si se imponen tarifas, las consecuencias serían desastrosas para la economía de ambos países.
Las empresas estadounidenses con manufactura en México también se verían gravemente afectadas. Incluso, Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, advirtió que, de llevarse a cabo los aranceles, se perderían 400,000 empleos en Estados Unidos.
Las tarifas afectarían gravemente a sectores clave como la industria automotriz, la electrónica y la agrícola, vitales tanto para México como para Estados Unidos.
Además, los precios de productos básicos subirían, afectando a los consumidores de ambos países, lo que generaría un círculo vicioso de perjuicios mutuos. En el fondo, el impacto sería global.
Para Sheinbaum, este es un desafío complicado.
Cualquier concesión podría ser vista como una debilidad ante Trump, lo que podría generar descontento entre sus seguidores.
Su postura de “construir puentes” y no “cerrar fronteras” refleja su intento de equilibrar las relaciones internacionales con la defensa de los derechos humanos, aunque no será fácil de manejar.
México se encuentra en un punto crítico. Mantener su modelo de libre comercio y, al mismo tiempo, hacer frente a las amenazas de Trump será un reto mayúsculo por los próximos 4 años.
Aunque Sheinbaum ha optado por el diálogo, podría ser necesario un enfoque más firme si las tarifas se concretan.
Además, el sector empresarial tendrá un papel crucial para adaptarse a las nuevas condiciones y proteger la competitividad del país. En este escenario, la relación con Estados Unidos podría cambiar drásticamente, y México necesitará negociar con firmeza y diversificar sus relaciones comerciales para asegurar su futuro económico.
En este escenario, la relación con Estados Unidos podría cambiar drásticamente, y México necesitará negociar con firmeza y diversificar sus relaciones comerciales para asegurar su futuro económico.
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