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Navidad en la Casa Blanca ¡Un Recuerdo inolvidable!

  • Writer: Elián Zidán
    Elián Zidán
  • Dec 22, 2024
  • 3 min read

Por: Elián Zidán


Entrar a la Casa Blanca fue una experiencia que aún me cuesta creer. Nunca imaginé que tendría el privilegio de estar allí, conocer al presidente y admirar las decoraciones navideñas.


La "casa del pueblo" es tan impactante por dentro como por fuera. De verdad, me sentí como un niño en Disneylandia, asombrado con cada detalle y cada rincón de ese edificio que ha sido la sede del poder ejecutivo por más de 200 años.


Mi referencia de la Casa Blanca estaba basada en lo que había visto en películas y series. No pude evitar acordarme de escenas del cine o la televisión mientras caminaba por los pasillos, porque lo que estaba viendo frente a mis ojos parecía sacado directamente de una producción de Hollywood.


Desde el momento en que cruzamos los puntos de seguridad, la emoción crecía. Estar a las puertas de la Casa Blanca, donde 46 presidentes y sus familias habían vivido, parecía un sueño. Y aunque nunca había estado ahí, todo se sentía extrañamente familiar, casi como un déjà vu. Las representaciones en pantalla son tan precisas que parece que ya conoces el lugar antes de verlo en persona.


Cuando finalmente entramos, la impresión fue instantánea. La arquitectura, las decoraciones, la música, todo estaba cuidado al detalle. Cada rincón estaba iluminado por luces brillantes, los árboles adornados con diferentes temáticas, y las guirnaldas rodeaban las puertas, creando un ambiente acogedor y festivo. Había un aroma a pino fresco que llenaba las salas, y los villancicos que sonaban de fondo le daban un toque mágico al ambiente.


Pero lo que más me impactó fue pensar en las veces que había visto la Casa Blanca desde afuera, soñando con algún día cruzar esas puertas. Era como vivir una paradoja; tener algo tan cerca, pero sentirlo tan lejano. ¿Cuántos de los millones que vivimos en este país hemos tenido el privilegio de estar adentro?


Estar en la Casa Blanca fue un recordatorio de todo lo que ha significado el trayecto de vivir en Estados Unidos y convertirme en ciudadano estadounidense. Cuando llegué, mi mayor sueño era integrarme completamente en esta sociedad. Pero esa integración no sucede de la noche a la mañana. Requiere tiempo, esfuerzo y superar muchas barreras, especialmente la sensación de no pertenecer.


Recordarán que hace unos meses compartí mi experiencia al votar por primera vez en Estados Unidos. Durante años me sentí invisible ante el sistema, con una profunda falta de pertenencia. Por eso, como inmigrante y ciudadano naturalizado, entrar a esa emblemática casa fue un momento de orgullo inmenso.


La Casa Blanca no es solo un edificio, es un símbolo. Representa la historia, los valores y las decisiones, y la libertad que han moldeado esta nación. Estar allí me hizo pensar en esos ideales de democracia e igualdad que a veces parecen abstractos, pero que cobran vida en la experiencia diaria de quienes vivimos aquí.


Estar en la Casa Blanca como periodista no solo fue un logro personal, sino también un recordatorio de la responsabilidad que conlleva este oficio. La fiesta navideña que organiza el presidente para los miembros de la prensa fue el escenario perfecto para reflexionar sobre cómo esta profesión me ha abierto puertas que nunca imaginé.


Lo mejor de todo fue poder compartir esta experiencia con mi esposa y unos grandes amigos. Tenerlos a mi lado, hizo que el momento fuera aún más especial. Estoy seguro de que en unos años esta será una de esas historias que les contaré a mis hijos, y espero que algún día pueda llevarlos para que vivan algo parecido.


A todos los que alguna vez sintieron que sus sueños eran inalcanzables; ¡no dejen de luchar!. Mi experiencia en la Casa Blanca me recordó que con esfuerzo, perseverancia y fe, los sueños por mas lejanos que parezcan, se pueden convertirse en realidad.

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© Elian Zidan

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